Postura de yoga «El Guerrero I»

Figura de madera de la postura de yoga «El Guerrero I»

Primera de las 3 posturas del guerrero, que representan a Virabhadra, guerrero mítico en la tradición hindú del que te contamos su interesante historia más abajo*.  Figura de madera de la postura de yoga «el guerrero I», sobre una base también de madera donde se puede leer el nombre de la postura en sánscrito y en castellano. Todo hecho a mano, con el máximo cuidado por los detalles y diseñada para mostrar la perfecta ejecución del asana.

Esta figura de yoga del «guerrero I» es una inspiración para cualquier practicante de yoga, recordando el simbolismo que representa: la fuerza interior y determinación que se necesitan para superar los obstáculos de la vida, como Virabhadra encarnó. Este asana constituye una posición fuerte y poderosa, con piernas fuertes y bien ancladas, columna erguida y un buen estiramiento del torso desde la cadera hasta la punta de los dedos.

Puedes ver la medida de este guerrero gracias a la foto donde nuestro ayudante sujeta un metro para mostrar las dimensiones. ¡Este simpático personaje no está incluido con la figura de yoga del guerrero!

Ω

*HISTORIA DEL GUERRERO VIRABHADRA:  Había en el antiguo reino de India un rey demonio llamado Daksha. Daksha era el suegro de Shiva y tenía una profunda animosidad hacia él debido a diferencias y conflictos pasados. A pesar de esto, Daksha decidió realizar un gran y suntuoso yajña (sacrificio ritual) al que invitó a todos los dioses y seres divinos, excepto a Shiva y su esposa Parvati.

Cuando Parvati se enteró se sintió profundamente herida y enojada por la afrenta hacia su esposo. Como resultado, decidió realizar un acto de autoinmolación en el fuego del yajña de Daksha. En su desesperación, Shiva se llenó de ira y, al golpear el suelo con su pie, creó un guerrero feroz y poderoso llamado Virabhadra. Virabhadra tenía un aspecto imponente, con múltiples brazos y armado con armas divinas.

Virabhadra, siguiendo las órdenes de Shiva, se presentó en el yajña de Daksha y causó un caos tremendo. Destruyó el yajña, derrotó a los dioses presentes y cortó la cabeza de Daksha, que simbólicamente representaba el ego y la arrogancia del rey demonio.

Posteriormente, Shiva restauró la vida de Daksha reemplazándole la cabeza con la de un macho cabrío y finalmente, el rey demonio se redimió y reconoció la supremacía de Shiva. El evento marcó una lección de humildad y el poder divino de Shiva.